Como encargado del ejecutivo de la Delegación Cuauhtémoc tal vez tuvo sus controversias, pues no es fácil la gestión pública, mucho menos en una ciudad como la capital mexicana y tanto menos en una demarcación como la que gobernó.
Sin embargo, a nadie deja duda la relevancia de su quehacer como investigador, urbanista y cronista de la ciudad, y escritor; no sólo como arquitecto.
El también cronista, urbanista, escritor, arquitecto e investigador era egresado de la UNAM, especializado en Planificación Urbana en la antigua República Democrática Alemana, y contaba con una Maestría en Sociología y un Doctorado en Urbanismo. Conocedor y estudioso como pocos de las características e historia del sistema hidráulico del Valle de México, Legorreta escribió y publicó varios libros sobre el tema, como El agua en la ciudad de México y Ríos, valles y manantiales del valle de México.
Jorge Legorreta (1956-2012) fue catedrático en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y en el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
A lo largo de su larga y sólida trayectoria en la rama de la arquitectura se especializó en política hidráulica y era considerado un conocedor de la historia arquitectónica de la capital del país.
Pero sus aportes llegaron a todos a través de sus programas en el Canal 11 -Ciudad de ciudades-, en Radio Red -Para descubrir la ciudad- y su columna en La Jornada buscó difundir en el público la conciencia por la preservación de las fuentes pluviales en México.
En 1997 escribió La Gran Tenochtitlán fue una ciudad sobre el agua con avanzadas tecnologías para controlar sus niveles y reciclar sus desechos. Así fue de notable el respeto por la naturaleza. Pero con la violenta llegada de la cultura europea, la situación cambió. El conocimiento profundo, el manejo adecuado y el dominio integral que tenían nuestros antepasados sobre el agua, nunca fueron entendidos por los hombres de a caballo”.
Realizó una maestría en sociología y doctorado en urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De 1997 al 2000, fungió como delegado del gobierno de la capital del país, en la delegación Cuauhtémoc y a partir del 2002 y hasta 2004, fue agregado cultural de México en Egipto.
El urbanista reiteró la necesidad de impulsar el tratamiento masivo del agua de drenaje y la reutilización del agua de lluvia, porque la ciudad, dijo entonces, se ha planeado “a pedacitos”, cuando lo necesario es un plan que permita orientar el desarrollo urbano.
Autor de ‘Proceso de urbanización en ciudades petroleras’ (1983); ‘Autoconstrucción de vivienda en México’ (1984); ‘Transporte y contaminación en la ciudad de México’ (1986); ‘Impactos ambientales del crecimiento urbano’ (1992); ‘El agua en la ciudad de México’ (2006) y de ‘Ciudad de México a debate’ (2008), entre otros títulos.
En declaraciones a la prensa, Patricia Montaño, su viuda, mencionó que Legorreta, en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana, estaba a punto de publicar dos libros sobre su obra: La Revolución y la Independencia en los murales, y otro sobre las chinampas de la zona lacustre en la ciudad.
Montaño recordó que uno de sus temas de estudio más importantes fue sobre los ríos de la ciudad de México. “En el libro Ríos, valles y manantiales del valle de México, él hablaba de que no hay espacios de agua en la ciudad de México porque hay más de 50 ríos que están en la cuenca del Valle de México y se van directo al drenaje; él tenía todo una lucha, una batalla por concientizar y demostrar que el agua está alrededor de la cuenca y se desperdicia, y esto crea escasez; señaló que no se capta en las partes altas y el problema de la extracción del agua que ocasionaba el hundimiento y las inundaciones. Era como un círculo vicioso en todo este tipo de fenómenos y que lo más fácil era, incluso desde el siglo XV, sacar el agua de la cuenca, rumbo al golfo, en vez de hacer captaciones de agua en la cuenca. Llamaba a aprovechar el agua que sale de los ríos y manantiales de la cuenca, que son de agua pura, que después los drenajes se van incorporando y al rato se entuban”.
