Christian Pottgiesser ArchitecturesPossibles- Louveciennes/Francia
FOTOGRAFÍA: George Dupin
Nos gustan las casas… a todos nos gusta, sean propias o ajenas, siempre y cuando estén diseñadas no sólo con una estética y solución arquitectónica precisa, sino con una idea que se fundamenta en las necesidades de sus habitantes.
Tal es el caso de Maison L, que se incluye en nuestra antología de obras nominadas al Premio de la Unión Europea de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe. Aunque bien hemos ya comentado que ningún proyecto residencial ha sido seleccionado finalista, vale la pena echarle un vistazo.
Quizá el trazo a simple vista puede parecer ordinario como para un galardón de esta magnitud, pero cabe señalar de inicio que es la ampliación de una residencia del siglo XVIII ubicado en el Oeste de la capital Francesa.
Christian Pottgiesser, Pascale Thomas responsables del proyecto, trataron de proporcionar a cada miembro de la familia un ámbito privado. En una extensión de 5 mil metros cuadrados de viejos árboles, donde habría que dejar el terreno predominantemente intacto para asegurar el mínimo impacto sobre el paisaje.
Los códigos de construcción locales sólo permiten un único edificio con un tejado a dos aguas o cuatro aguas. Sin embargo, en casos excepcionales, se permiten techos planos, siempre que no excedan de 25m2 cada (garajes).
Por lo tanto se proyectaron para los tejados cinco volúmenes tipo torre, posicionados de tal forma que enmarquen una perspectiva específica del sitio, cada una con techos planos que cumplen el requisito: con 8 metros de altura de concreto que albergan un vestidor y espacio de almacenamiento, cuarto de baño y un dormitorio. Esta tipología vertical, induce además una ventilación natural.
Una importante circulación de aire favorece la extracción del aire caliente en verano, mientras que en invierno, las áreas superiores no requieren calentamiento adicional.
El diseño previó un zócalo amorfo pisos con muros curvos de piedra (pizarra) colmada con tierra y se utiliza como sala de estar general. Emerge un completo "superfluo" espacio sin cualidades específicas funcionales. Aquí, son posibles los usos más diversos y adoptables a ser imaginable que van revelando lo necesario.
Casa y paisaje están íntimamente entrelazadas, las fronteras entre el interior y el exterior se ven borrosas. La fachada sur-oriental surge de una topografía compleja entre la casa y el paisaje.